México ha experimentado un aumento significativo en la inversión extranjera directa (IED) durante el primer trimestre de 2025, alcanzando cifras históricas que consolidan al país como uno de los destinos preferidos por inversionistas internacionales. Este crecimiento refleja no solo la confianza en la economía mexicana, sino también una recuperación post-pandemia robusta que sigue atrayendo capital extranjero en diversas áreas.
La cifra total de inversión extranjera directa registrada entre enero y marzo del presente año superó los 18 mil millones de dólares, un récord en comparación con periodos similares de años anteriores. Este resultado representa un incremento notable respecto a los primeros tres meses de 2024, lo que subraya una tendencia positiva que se mantiene constante en los últimos trimestres. Diversos sectores han sido fundamentales para este desempeño, destacándose principalmente la manufactura, las energías renovables y la tecnología.
El ámbito de la manufactura, históricamente relevante por su capacidad de atraer inversiones, continúa demostrando una notable solidez. El movimiento de las cadenas de suministro globales, motivado por la pandemia de COVID-19, ha beneficiado a México como un punto estratégico para las compañías que desean diversificar y proteger sus actividades fuera de otras naciones. En este contexto, el crecimiento del sector automotriz, electrónico y de electrodomésticos permanece como un elemento esencial para el país.
En cambio, el incremento en las inversiones en energías limpias ha sido un aspecto notable durante los primeros tres meses del año. La creciente inquietud por la sostenibilidad y las medidas ecológicas a nivel mundial ha motivado a varias compañías internacionales a invertir en proyectos dentro de México, especialmente en los sectores solar y eólico. El cambio hacia fuentes de energía más limpias no solo es una necesidad ambiental, sino que también ofrece una ventaja económica que los inversores extranjeros han sabido utilizar.
Además, la tecnología sigue siendo un campo de gran interés. México se ha posicionado como un hub de innovación, especialmente en áreas como la inteligencia artificial, el software y las tecnologías financieras. La presencia de startups de alto crecimiento y el apoyo gubernamental a la digitalización de diversos sectores ha creado un entorno favorable para el capital extranjero, lo que ha generado una notable inversión en el país.
Los analistas económicos también destacan el rol crucial que juegan los tratados comerciales que México ha firmado con otras naciones. El T-MEC, por ejemplo, ha sido un factor decisivo en la atracción de inversiones, proporcionando acceso preferencial al mercado norteamericano, lo que da mayor seguridad jurídica a los inversionistas. Esto ha creado un entorno más predecible y confiable para quienes buscan expandir sus operaciones en América Latina.
En cuanto a los sectores de mayor recepción de inversión, destaca la manufactura, que representa una porción significativa de la IED. Sin embargo, el sector servicios también ha mostrado un comportamiento positivo, con inversiones en áreas como comercio, telecomunicaciones y servicios financieros.
El gobierno mexicano ha reiterado su compromiso con la atracción de inversión extranjera mediante la implementación de reformas que buscan facilitar los procesos administrativos y mejorar la competitividad. Entre las medidas destacadas se incluyen incentivos fiscales, la simplificación de trámites y un marco normativo que favorezca la estabilidad y la previsibilidad.
Pese a estos resultados positivos, algunos expertos advierten sobre los retos que aún enfrenta México para consolidar y diversificar sus fuentes de inversión extranjera. El fortalecimiento del estado de derecho, la mejora en las infraestructuras y el acceso a educación y talento son áreas que siguen siendo clave para asegurar el crecimiento sostenido de la economía.
En conclusión, el récord en inversión extranjera directa alcanzado en el primer trimestre de 2025 refleja la solidez de México como destino para el capital internacional. Con un entorno favorable para la manufactura, las energías renovables y las tecnologías emergentes, el país se perfila como un jugador clave en la economía global, en particular dentro de América Latina.

