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Un errático Betis Baloncesto sucumbe ante el Santiago (71-67)

Un errático Betis Baloncesto sucumbe ante el Santiago (71-67)

En Fontes de do Sar, el estadio de otro aspirante al ascenso, el Real Betis Baloncesto. Se alejó tras una actuación irregular y densa, con pocos destellos, muchos fallos y poca continuidad. Esta vez, ni su reconocida dureza defensiva ni el talento de sus jugadores perimetrales le sacaron del apuro en un momento crítico donde la importancia del arbitraje también estaba presente. Fue una noche oscura para el Betis, que empezó con turbo el primer cuarto y perdió gas muy rápidamente en el segundo. A partir de ahí las cosas se le complicaron, e incluso su brillante inicio del tercer cuarto con 0-10 no le permitió tranquilizarse y ejercer el control del baloncesto que habitualmente poseía. El equipo casi nunca se sintió cómodo, bendecido. Se les escapó lo indescriptible (16 puntos a pesar de todo) y el tiro libre (14/25, 56%) les dejó muchas oportunidades de ganar ante un rival en apuros, pero que sería derribado por una versión mejor del Bético. La que destacó, por ejemplo, hace poco en Castellón. Radoncic vuelve al partido tras dos partidos de sanción, pero la rotación vuelve a reducirse a ocho jugadores (Domenech no saltó al campo) y en partidos como este, tan exigentes físicamente, la falta de energía y de piernas también una carga.

Lo mejor del equipo llegó temprano. Lo más emocionante fue la actuación del Betis Baloncesto, la de un equipo armonioso y en estado de gracia. O eso parecía entonces. Ante la estructura del tres grande del Obradoiro, el conjunto bético, celeste en Santiago, perfeccionó su portería perimetral, metiendo cuatro triples en menos de siete minutos para duplicar la ventaja (10-20). Con Balvin sin jugar mucho en la primera parte, el Obradoiro respiraba, pero gracias a otro gol exterior, de Rubén López, el Betis se marchaba con ventaja desde el primer campanazo (18-23). Jugó mejor con Renfroe que con Cvetkovic y pronto tuvo problemas para generar pick-and-rolls centrales.

Necesitaba más recursos más allá de los tres defensores para mantener el control del juego porque Bus Obradoiro ya había ajustado y fortalecido la defensa. Kasibabu falló dos tiros libres y los gallegos tiraron por la borda los dos primeros ataques. Desesperado en el grupo, Gonzalo Rodríguez, técnico local, revolucionó el banquillo, cambiando jugadores y estructuras. Es hora de defender. Raspar el cemento y cerrar las hileras. Canastas, como porterías. Episódico. Un ritmo bajo donde el Betis se mueve como pez en el agua. Pasaron dos minutos sin ni una sola canasta. De Bishop rompió el impulso, pero el Betis no paró el partido, dejando en el limbo los triples y las faltas.

Stevens salió del perímetro y Quintella tuvo la misma suerte de empatar el juego, poniéndolo 8-0. El Betis ya no tenía el control y se quedó helado. Una cosa es reducir la velocidad y otra quedarse quieto. La respuesta del Betis no se hizo esperar con puntos de De Bishop y Radoncic. Micovic puso el tres (29-30) y Fontes dos Sar se quejó a Hughes por conducta antideportiva, lo que los árbitros desmintieron. Que al Betis Baloncesto le falta picante ya era una realidad. Tu segundo trimestre, la antítesis del primero. No marcó ni recuperó el rebote (33-30). Radoncic recortó una canasta apoyada en las tablas tras un amago, y Benite aún lanzó varios tiros sin conectar. Las fuentes verdiblancas estaban secas: sólo nueve puntos conseguidos en el segundo cuarto. La defensa gallega se desarrolló, pero el Betis falló muchos tiros cómodos (33-32).

Gran salida del vestuario

Volviendo al descanso, malas noticias: tercera falta de Hughes. Renfroe se asoció con DeBisschop, una alianza que funcionó, pero el Betis necesitaba más jugadores a los que despedir. Bennet rompió su sequía de 4,60 (33-36), Hughes giró las muñecas y Renfrow, con su particular mecánica, amplió el set con un tiro libre inigualable hasta al menos los dos metros. El acelerón del Betis ya se vio reflejado en el 0-10, que silenció al animado Fontes do Sar (33-42). Balvin tras un regalo a los invitados y Michovic despertaron a su equipo (37-42). El sobrio y errático Cvetkovic debutó personalmente (37-44) cuando De Bishop, que jugaba a un gran nivel, cometió la segunda falta y Cvetkovic, una antideportiva cuestionable por hacer un swing mientras conducía el balón. Formas de complicarse la vida. El Betis devolvió la vida al Obradoiro (44-44, tras triple de Davison). Todo volvió a empezar con los invitados en el túnel de la discontinuidad, sin continuidad. Los destellos se alternaron con apagones mientras Bennit ampliaba su colección de fracasos. El Betis no dio nada, error tras error, seco y anárquico. Con el equipo desconocido, el Obradoiro sumaba seis puntos cuando sonó la bocina en el tercer cuarto (52-46). De 0-10, parcialmente 19-4.

  • Monbús Obradoiro (18+15+19+19): Davison (10), Sergi Quintela (11), Mikovic (10), Stevic (9), Stevens (10) -quinteto titular-; Andronikashvili (3), Galán (4), Grela (-), Balvin (10), Milán Jiménez (-), Arroyo Varela (4), Álvaro Muñoz (-).

  • Real Betis Baloncesto (23+9+14+21): Renfro (5), Benite (16), Hughes (14), Radoncic (7), DeBishop (8) -quinteto titular-; Cvetkovic (2), Pablo Marín (-), Domenech (-), Kasibabu (9), Rubén López (6).

  • Árbitros: Morales Ruiz, Rodríguez Fernández, Marketa Gracia. Sin eliminación. El día once del primero de febrero. Pabellón Fontes do Sar, Santiago de Compostela.

Diez abajo y reacción

El Betis no reaccionaba, desperdiciando sus ataques por errores técnicos (54-46). En un partido mínimo, fue destruido. Stevicque hizo muchas travesuras, rompió piedras, cometió errores, anotó y le dio a su equipo una ventaja de nueve (57-48). Quedan diez tras el triple de Davison (60-50) faltando 5,37. Gonzalo García pidió tiempo, pero parecía utópico que el Betis a este nivel pudiera darle la vuelta a la situación. Kasibabu tomó entonces responsabilidades y sumó siete puntos seguidos (60-57) para volver a generar muchas dudas en el conjunto gallego.

El Betis estaba vivo a tres minutos del final. Benite respondió a Davison desde el arco (63-60) y Hughes ajustó aún más el marcador (65-64) a 1,52. Kasibabu comete falta sobre Davison de cara a su rival y los árbitros sancionan con la técnica al Betico. Luego, en un borrón contra los congoleños, a pesar de los esfuerzos de Renfroy por calmarlo, falló uno de los tiros libres del equipo (66-65), y Quintella no falló su tiro de 4,60. Hughes falló el triple del empate y Mikovic selló el partido desde un córner (71-65). No había nada más que hacer. Tras un tiempo muerto, Renfroy perdió el balón y al Betis se le acabó el tiempo, por lo que si se piensa en el duelo que nos ocupa, la derrota fue lo más ligera posible desde el punto de vista contable.

Por Cochi Roldán Durán

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