Los meteorólogos llevan días alertando del cambio brusco de temperaturas que se producirá este fin de semana, y parece que el frío polar ha querido convertirse en el protagonista principal de la Gran Procesión, que arranca a las cuatro de la tarde y recorre las calles de Sevilla como punto culminante del II Congreso Internacional de Fraternidades y Piedad Popular.
Aunque el día era fresco, soleado y sin nubes, no había indicios de lo que sucedería una vez que el último rayo de sol se escondiera detrás de los últimos edificios de Triana. Además, quienes acudían por primera vez al Paseo de Colón para sentarse en sus sillas debían soportar casi dos horas de caminata. el sol de la justicia, con calor y sin abrigos. Pero todo cambió cuando cayó la noche: la brisa era helada y la temperatura empezó a bajar varios grados sin parar.
En el escenario junto a la Virgen de los Reyes, las autoridades achacaron las bajas temperaturas y el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, como el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, no dudaron en ponerse un abrigo encima del disfraz. . Asimismo, el arzobispo de Sevilla José Ángel Saiz Menezes y el nuncio apostólico Bernardito Auza acabaron vistiendo batas negras, al igual que el presidente del Consejo de Fraternidades, Francisco Vélez, quien hizo lo mismo durante el paso de las distintas fraternidades que integraban el procesión.
De hecho, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, comentó al presidente del Consejo de Cofradías que en lugar de pasar los camiones Lipasam tendrían que pasar los quitanieves.
Las bajas temperaturas que han llegado repentinamente a Sevilla y que prometen seguir bajando a medida que avance la noche hasta la madrugada, donde se espera que alcancen los 5 grados, se han convertido en tema de conversación pública no sólo en el sector. privado. carrera oficial.» «, donde los presentes no sabían si mantenerse erguidos o sentarse, para no quedarse con los miembros entumecidos, pero también en las calles del centro histórico y de Triana, donde los numerosos ruidos parecían haber aliviado un poco la sensación de frío polar a esto, a lo que los sevillanos no estamos acostumbrados.