Pac-Man, la famosa “máquina devoradora” amarilla, cumple 45 años desde su creación en Japón, y su legado continúa vigente tanto en el entretenimiento como en la investigación científica. Millones de personas han disfrutado del juego, pero su éxito no se debe únicamente a la diversión; su diseño innovador y su accesibilidad universal lo convirtieron en un fenómeno global que trascendió generaciones.
Idea original: una pizza y un concepto innovador
El comienzo de Pac-Man es tan interesante como su popularidad. A finales de la década de 1970, Toru Iwatani, un diseñador de videojuegos originario de Japón, observó una pizza y, al quitar una tajada en forma de triángulo, imaginó lo que se convertiría en la cara del famoso personaje. Esta sencilla observación impulsó la creación de un personaje cuya única tarea es comer monedas en laberintos mientras evita a los fantasmas Blinky, Pinky, Inky y Clyde, conocidos como la Ghost Gang.
El diseño minimalista de Pac-Man permitió que cualquier jugador comprendiera de inmediato la dinámica del juego, algo comparable a la instantaneidad de símbolos globalmente reconocidos como los arcos de McDonald’s. La sencillez del concepto, unida a un estilo visual atractivo, fue clave para conquistar a una audiencia diversa, incluyendo a mujeres, un segmento poco atendido por los videojuegos de disparos de la época.
Éxito y expansión de la franquicia
Originalmente llamado PuckMan en Japón, el juego se basó en la expresión japonesa “paku paku taberu”, que describe el acto de engullir algo con un sonido voraz. Pac-Man se convirtió rápidamente en el juego de monedas más exitoso de la historia, según el Libro de Récords Guinness, y la franquicia ha generado alrededor de 14.000 millones de dólares gracias a recreativas, consolas domésticas y múltiples relanzamientos.
Junto a las consolas de videojuegos y máquinas arcade como NES o Xbox 360, Pac-Man ha sido presentado en películas de animación y actualmente en Laberinto de sombras, una adaptación contemporánea que mezcla la estética medieval con la ciencia ficción, conservando la esencia del personaje original y adaptándola para atraer a nuevas generaciones.
Impacto cultural y científico
Más allá del entretenimiento, Pac-Man ha dejado huella en la ciencia. Investigaciones con resonancia magnética han utilizado el juego para estudiar respuestas cerebrales ante estímulos de riesgo y recompensa, y estudios con chimpancés han revelado patrones de toma de decisiones jerárquicas similares a los humanos.
El éxito del juego también se explica por la teoría del embodiment o cognición corporizada. Pac-Man fue uno de los primeros videojuegos que permitió al jugador identificarse directamente con un personaje vivo, capaz de expresar emociones y sufrir consecuencias dentro del juego, creando un vínculo único y duradero con la audiencia.
La importancia de Pac-Man en la actualidad
Después de más de cuatro décadas, Pac-Man sigue siendo relevante gracias a la combinación de nostalgia, diseño estratégico y adaptaciones modernas. Los nuevos títulos buscan mantener la esencia del juego original, mientras introducen mecánicas innovadoras y personajes complementarios como el Espadachín N.8 y GAIA en Laberinto de sombras.
El perdurable impacto de Pac-Man en la cultura popular subraya que su encanto supera barreras de edad y avances tecnológicos: ya sea a través de competencias, manuales de estrategias, motivando estudios científicos o influenciando el desarrollo de nuevas series de videojuegos, Pac-Man sigue mostrando que el triunfo se logra al afrontar desafíos y al resonar con las emociones humanas de un modo franco y accesible.

