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Precio de la carne de res en EE.UU. toca máximos históricos y seguirá alto

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El precio de la carne de res en Estados Unidos ha escalado a niveles récord, consolidando una tendencia alcista que preocupa tanto a consumidores como a productores. En medio de un panorama donde otros alimentos han estabilizado sus costos tras picos pronunciados, la carne de res continúa encareciéndose, sin señales claras de una corrección en el corto plazo.

Crecimiento constante promovido por elementos estructurales

Desde principios de año, el precio promedio por libra de carne de res ha subido casi un 9 %, alcanzando los 9,26 dólares. En los últimos doce meses, los precios del filete y la carne molida han registrado incrementos de más del 12 % y 10 %, respectivamente. Esta evolución no es resultado de un evento puntual, sino de una serie de condiciones estructurales que afectan a la industria ganadera.

Entre los factores principales se encuentra la continua disminución en el tamaño de los rebaños, que actualmente se encuentran en su punto más bajo en los últimos 74 años. La rentabilidad para los productores ha caído considerablemente, a pesar del incremento de los precios. El crecimiento en los costos de producción, particularmente en lo relacionado con la alimentación del ganado, ha reducido los márgenes de beneficio. La persistente sequía en amplias zonas del país ha empeorado esta circunstancia, llevando a numerosos ganaderos a abandonar la actividad.

Aumento en las importaciones y disminución en las exportaciones

Ante la limitada producción interna, el mercado estadounidense ha incrementado su dependencia de la carne de res importada. Países como Argentina, Brasil y Australia han ganado terreno, representando cerca del 8 % del consumo total. Al mismo tiempo, las exportaciones estadounidenses han sufrido una contracción importante, cayendo un 22 % en comparación interanual.

Este cambio en la dinámica comercial refleja un nuevo equilibrio en el mercado cárnico del país, donde la carne nacional ha pasado de ser altamente exportada a depender en mayor medida del abastecimiento externo. La carne estadounidense, considerada la más costosa del mundo, enfrenta ahora una competencia creciente tanto a nivel interno como global.

El consumidor, clave en la evolución del mercado

A pesar del fuerte aumento en los precios, la demanda interna de carne de res se mantiene robusta. Los consumidores siguen incorporando este producto a su dieta, lo que sugiere que el mercado aún no ha alcanzado un punto de saturación. Sin embargo, la evolución futura dependerá en gran medida de la salud financiera de los hogares.

Históricamente, el consumo de carne está estrechamente ligado a la percepción de estabilidad económica. Si la confianza del consumidor disminuye debido a incertidumbres económicas, es probable que se observe una contracción en la demanda. Este escenario representaría un nuevo desafío para los ganaderos, que ya operan en condiciones adversas.

Iniciativas privadas para contener costos

Algunos participantes en el sector de ventas han empezado a adoptar medidas internas para contrarrestar el efecto del aumento en los precios. Walmart, como ejemplo, ha abierto hace poco su primera planta de procesamiento de carne de res en Kansas. Este proyecto intenta disminuir los gastos eliminando intermediarios y manejando de manera directa un segmento crucial de la cadena de suministro.

Con esta táctica, la firma busca asegurar una mayor eficacia y presentar precios más atractivos al cliente final, especialmente en un entorno donde la presión sobre los márgenes de negocio está en aumento. Esta resolución también representa un avance significativo hacia la integración vertical en el sector alimentario, una tendencia que podría ser seguida por otros grandes minoristas.

Inseguridad en el futuro

A medida que los precios alcanzan nuevos techos, crece la preocupación entre los actores de la cadena cárnica sobre lo que vendrá. Si bien la alta demanda ha mantenido vivo al sector, el riesgo de una caída repentina en los precios del ganado es latente. Esta posibilidad podría dejar a muchos productores con inventario costoso y un mercado en contracción.

El presente se percibe como un momento próximo a la cúspide del ciclo. El sector se encuentra ante un desafío complicado: continuar con el nivel de producción a pesar de los altos costos y baja rentabilidad, o disminuir su exposición al riesgo en un mercado que podría transformarse repentinamente.

En conclusión, el alza en el precio de la carne de res en Estados Unidos refleja un problema más profundo que va más allá de la oferta y la demanda inmediatas. Con una estructura productiva presionada, consumidores aún dispuestos a pagar más, y un mercado global cada vez más interconectado, la evolución del sector dependerá de múltiples factores que podrían redefinir el consumo y la producción de este alimento clave en la dieta estadounidense.

Por Otilia Adame Luevano

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